Si bien cada Shabat es un día especial en nuestras vidas, determinados shabatot (plural de shabat) se destacan aún más de los demás por llevar un nombre particular. Estos nombres se deben principalmente a la porción de la Haftará o a la última porción de Torá adicional que se agrega a la parashá hashavua (porción de lectura de la Biblia semanal) durante estos shabatot especiales.
En esta sección estaremos conociendo algunos de estos shabatot especiales.-
SHABAT JASÓN
Actualmente nos encontramos transitando la última semana de las tres semanas de aflicción o también “entre las estrecheces” (Bein Hametzarim) que iniciaron el 17 de Tamuz. El último shabat de estas tres semanas, y por lo tanto, el que precede a Tisha B’Av (9 de Av) se conoce como “Shabat Jasón”, es decir, el shabat de la visión.
Este shabat recibe su nombre de la porción de Haftará que se lee durante la parashá de esta semana. Así, mientras que la porción de Torá corresponde a Dvarim, la haftará de esta semana corresponde al profeta Ieshaiá (Isaías), más específicamente a la visión que él recibió de parte de D-os.
Así, Shabat Jasón hace referencia a la visión que el profeta Ieshaiá recibió acerca de Iehudá y de Ierushalaim (Ieshaiá / Isaías 1:1 al 27).
Los invitamos a que cada uno de ustedes lea por sí mismo esta interesante porción.
En la misma, el profeta Ieshaiá nos descubre la causa de la destrucción y desolación de Ierushalaim y el Beit Hamikdash haRishón (El primer templo), y precisamente leemos este pasaje a manera de advertencia sobre lo que habría de venir y lo que recordaremos en Tisha B’Av.
Y es en medio de este pasaje tan duro, donde nuestro D-os aún nos muestra su misericordia, llamándonos a que nos volvamos a Él, y enseñándonos que aún en los mayores momentos de angustia y aflicción, nuestro D-os aún se apiadará de nosotros:
“Venid luego, dice D-os, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.” – Ieshaiá / Isaías 1:18
No ignoremos las palabras de nuestro D-os. Volvámonos a Él de todo corazón, y Él se volverá a nosotros.
“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” – Hebreos 4:16
Shalom!