Parashá Shelaj Lejá

  • Autor de la entrada:
  • Categoría de la entrada:Parashá

La palabra Parashá significa “porción”, es el nombre que se le da a la porción de la Torá que se lee por semana (parashá hashavúa, la porción de la semana).- 

La división de la Torá para su lectura en un año, desde Bereshit (Génesis) hasta Dvarim (Deuteronomio) corresponde a 54 porciones o parashot.- Cada una de ellas es leída y explicada públicamente en las congregaciones en cada shabat.-

Asimismo, a estas porciones se les agrega también para su lectura, una parte de los profetas (Neviím) conocida como “Haftará”. Y en nuestra congregación judío mesiánica también leemos una porción del Brit Jadashá (Nuevo Pacto) para completar así la parashá semanal.- Es decir, la porción de la Escritura que debemos escuchar con atención para aprender, poner por obra y enseñar a otros a cumplir con los mandatos y preceptos del D-os único y verdadero.- 

Así, la parashá “shelaj lejá”, es decir “envía para ti” comienza con el permiso de D-os a Moshé (Moisés) de enviar a doce espías para que reconocieran la tierra de Kenaán (Canaán), a raíz del deseo del pueblo por conocer un poco más sobre aquella tierra.

Cada uno de estos doce espías debía ser elegido de entre los príncipes de Israel, es decir, se trataba de hombres que tenían una posición importante dentro del pueblo de Israel, hombres reconocidos que debían dar el ejemplo. Dos de ellos fueron precisamente Iehoshúa bin Nun (Josúe hijo de Nun)  y Caleb, los únicos dos que al regresar al campamento de Israel alentarían al pueblo a que tomaran la tierra conforme al mandamiento de D-os, y por lo tanto, los únicos dos a los cuales D-os les permitió entrar en la tierra prometida (Bamidbar – Números 14:30).

Así, esta parashá cuenta uno de los episodios más trágicos en la historia de Israel, el momento en el que los diez espías hablaron mal acerca de la tierra que D-os le entregaba a su pueblo, provocando así la incredulidad y la rebelión del pueblo de Israel, quienes no quisieron tomar la tierra a causa de las palabras de estos hombres.

Como consecuencia de ello, así como los doce espías habían tardado 40 días en recorrer la tierra de Kenaán, D-os estableció que la generación que se había rebelado contra su mandato de tomar la tierra pasaría 40 años en el desierto, un año por cada día (Bamidbar – Números 14:34), además de ninguno de ellos entraría en la tierra prometida, sino que morirían en el desierto, a excepción de Caleb y Iehoshúa.

Así, en la haftará de esta parashá leemos una porción correspondiente al libro de Iehoshúa (Iehoshúa 2:1 – 24), quien finalmente introdujo al pueblo de Israel a la tierra prometida. Resulta interesante el hecho de que la haftará habla sobre otros espías, los dos espías que Iehoshúa envió secretamente a reconocer la ciudad de Ierijó (Jericó). Los invitamos a leer ambas porciones (Torá y Haftará) y a comparar por ustedes mismos estos dos episodios tan interesantes.

Finalmente, la porción del Brit Jadashá (Hebreos 3:7 – 19) nos exhorta a aprender acerca de este momento tan triste para Israel: 

“Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, donde me tentaron vuestros padres; me probaron, y vieron mis obras cuarenta años. A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, y dije: Siempre andan vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo.” – Hebreos 3:8-11

No seamos rebeldes a los mandamientos de nuestro D-os, confiemos en Él, tal como lo hicieron Iehoshúa y Caleb, por lo cual sí pudieron entrar en Su reposo. Si nosotros somos fieles para con D-os, Él será fiel para con nosotros. Por eso, si escuchamos hoy Su voz, no endurezcamos nuestros corazones.

Shalom. Paz.