Parashá Vaierá

  • Autor de la entrada:
  • Categoría de la entrada:Parashá

La palabra Parashá significa “porción”, es el nombre que se le da a la porción de la Torá que se lee por semana (parashá hashavúa, la porción de la semana).- 

La división de la Torá para su lectura en un año, desde Bereshit (Génesis) hasta Dvarim (Deuteronomio) corresponde a 54 porciones o parashot.- Cada una de ellas es leída y explicada públicamente en las congregaciones en cada shabat.-

Asimismo, a estas porciones se les agrega también para su lectura, una parte de los profetas (Neviím) conocida como “Haftará”. Y en nuestra congregación judío mesiánica también leemos una porción del Brit Jadashá (Nuevo Pacto) para completar así la parashá semanal.- Es decir, la porción de la Escritura que debemos escuchar con atención para aprender, poner por obra y enseñar a otros a cumplir con los mandatos y preceptos del D-os único y verdadero.- 

De esta forma, la parashá “vaierá”, que quiere decir “y se le reveló” comienza con el relato de cuando D-os mismo se le apareció a Abraham luego del pacto de la circuncisión. Así, leemos en Bereshit 18:1: “Después le apareció D-os en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día.”

D-os se apareció a Abraham junto con dos ángeles para comunicarle dos anuncios: En primer lugar, que su hijo Itzjak nacería al año siguiente (Bereshit 18:9-15), y en segundo lugar, que la destrucción de Sodoma y Gomorra era inminente (Bereshit 18:16 -22). De hecho, en Bereshit 19 podemos leer el juicio que vino sobre estas dos ciudades.

Pero además durante esta parashá encontramos dos momentos principales en la vida del segundo patriarca, Itzjak. Al comienzo de la porción de Torá leemos sobre su nacimiento y hacia el final de ésta leemos sobre lo que en el judaísmo se conoce como la “Akedat Itzjak”, es decir, el momento de la “atadura de Itzjak” ya que él no fue sacrificado, sino que simplemente fue “atado”, solamente fue “ofrecido” en holocausto.

Esta fue la prueba más dura que Abraham tuvo que pasar. Así, leemos en Bereshit 22:1-2: “Aconteció después de estas cosas, que probó D-os a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Itzjak, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.”

D-os le pidió a Abraham que ofreciera a su hijo unigénito, el hijo de la promesa, en holocausto para él. Y Abraham así lo hizo. Sin embargo, D-os no permitió que Abraham sacrificara a Itzjak, sino que en su lugar proveyó un carnero, salvando así a Itzjak de la muerte.

De la misma manera, en la haftará correspondiente a la parashá de esta semana, leemos en el libro de Melajim Bet (2 Reyes 4) sobre el profeta Elisha (Eliseo) y la mujer sunamita, la cual tampoco podía tener hijos, pero D-os en Su misericordia también le concedió un hijo a causa de su servicio para con Elisha. Sin embargo, un día su hijo murió súbitamente, por lo cual ella envió a llamar al profeta Elisha. Así, Elisha oró a D-os por el niño, el cual volvió a vivir y fue devuelto a su madre.

Finalmente en el Brit Jadashá (Nuevo Pacto) nuestra atención se vuelve a enfocar en uno de los anuncios que D-os y los ángeles le dieron a Abraham: La destrucción de Sodoma y Gomorra. Así, el Brit Jadashá nos exhorta a conducirnos piadosamente, a la manera de Abraham, y no como lo hicieron los habitantes de aquellas ciudades, que a causa de su maldad y desobediencia fueron destruidos.

En esta parashá observamos nuevamente dos aspectos del carácter de nuestro D-os, Su justicia para con aquellos que se apartan de Él, y Su misericordia para con todos aquellos que lo aman y porque lo aman lo obedecen. Porque “sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio” (2 Pedro 2:9)

Shalom. Paz.