
La palabra Parashá significa “porción”, es el nombre que se le da a la porción de la Torá que se lee por semana (parashá hashavúa, la porción de la semana).-
La división de la Torá para su lectura en un año, desde Bereshit (Génesis) hasta Dvarim (Deuteronomio) corresponde a 54 porciones o parashot.- Cada una de ellas es leída y explicada públicamente en las congregaciones en cada shabat.-
Asimismo, a estas porciones se les agrega también para su lectura, una parte de los profetas (Neviím) conocida como “Haftará”. Y en nuestra congregación judío mesiánica también leemos una porción del Brit Jadashá (Nuevo Pacto) para completar así la parashá semanal.- Es decir, la porción de la Escritura que debemos escuchar con atención para aprender, poner por obra y enseñar a otros a cumplir con los mandatos y preceptos del D-os único y verdadero.-
En la parashá Behar se nos habla acerca de dos años muy especiales que nuestro pueblo debía guardar y observar. Se trata del año de la Shemitá (Remisión) y del Iobel (Jubileo).
De la misma manera que nuestro D-os nos concedió el séptimo día de la semana (el shabat) para cesar nuestras labores cotidianas y descansar, D-os también estableció que la tierra descansara de su producción cada seis años, es decir, durante el séptimo año, la tierra no sería sembrada ni segada. Este año se conoce como el año de la shemitá. Esto tenía un doble propósito: la tierra repondría los minerales que había perdido durante los seis años anteriores, dando una mejor cosecha pasado el año de la shemitá, y además el pueblo tendría todo un año entero para alejarse de sus trabajos y estar dedicados plenamente a las cosas de D-os.
A su vez, D-os dijo que si lo obedecíamos, Él se encargaría de que durante el sexto año antes de la shemitá, la tierra produjera lo necesario para tres años: el sexto año, el séptimo año (shemitá) y el octavo año en el cual se volvería a sembrar (Vaikrá 25:20 – 22)
Pero hay algo más, durante el shemitá se perdonarían las deudas y se pondrían en libertad a los siervos. Se trataba de un año de libertad, de remisión, de perdón.
El Iobel (Jubileo) corresponde al año 50° luego de un período de 49 años (es decir, después de 7 shemitot) Nuevamente, durante este año la tierra no sería sembrada ni segada, se pregonaría libertad a todos los cautivos, los siervos saldrían libres y cada uno podría volver a su posesión.
Parashá Bejucotai
Esta parashá significa “en mis decretos, o en mis estatutos”.
Si guardamos los preceptos de D-os, seremos bendecidos con sobreabundancia, tendremos seguridad. (Castigos y recompensas, por acciones y actitudes).-
El rambám Maimónides dijo: “que las mitzvot son las recompensas, las bendiciones materiales temporarias son las que nos ayudan a superar los obstáculos para cumplir las mitzvot”.-
Por ejemplo tener un buen pasar económico hace que podamos ayudar materialmente a otros, y de ésta forma hacer tesoros en el olam habá (el mundo por venir); en donde recibiremos la verdadera recompensa.-
Vivir de acuerdo a los preceptos de D-os nos garantiza una vida espiritual incomparable. Entender que somos meramente mayordomos en la creación de Dos; solo administradores temporales, y mostrándolo a EL siempre con nuestras actitudes.-
Que es una recompensa? Es un beneficio posterior a nuestros actos.- Ejemplo cuando cumplimos un trabajo recibimos un pago.- De todo esto se deduce que al final de nuestros días vamos a recibir el pago de nuestras acciones, el llamado “galardón” que nos espera al final de nuestra existencia terrenal.-
“Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, 4 yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su fruto” Vaikrá (Levítico 26:3)
Del mismo modo, el profeta Ieshaiá (Isaías 61:1-2) anunció que cuando el Mashiaj viniera, el Ruaj Elohim (Espíritu de D-os) estaría sobre Él, y que Él anunciaría esta libertad a los cautivos, Él vendría a pregonar el año agradable de la buena voluntad de D-os. Él vendría a perdonar nuestras deudas.
Este mismo pasaje es aquel que nuestro Señor Ieshúa haMashiaj leyó durante un shabat hace dos mil años, en una beit hakneset de Nazrat, cuando lo llamaron a hacer aliá (ascender a la Torá) para leer la haftará en el rollo del profeta Ieshaiá:
“Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo (shabat) entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dio el libro del profeta Ieshaiá; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.” Lucas 4:16-21