Parashá Behaaloteja

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La palabra Parashá significa “porción”, es el nombre que se le da a la porción de la Torá que se lee por semana (parashá hashavúa, la porción de la semana).- 

La división de la Torá para su lectura en un año, desde Bereshit (Génesis) hasta Dvarim (Deuteronomio) corresponde a 54 porciones o parashot.- Cada una de ellas es leída y explicada públicamente en las congregaciones en cada shabat.-

Asimismo, a estas porciones se les agrega también para su lectura, una parte de los profetas (Neviím) conocida como “Haftará”. Y en nuestra congregación judío mesiánica también leemos una porción del Brit Jadashá (Nuevo Pacto) para completar así la parashá semanal.- Es decir, la porción de la Escritura que debemos escuchar con atención para aprender, poner por obra y enseñar a otros a cumplir con los mandatos y preceptos del D-os único y verdadero.- 

La parashá Behaaloteja, que quiere decir, “cuando enciendas”, comienza con la orden de D-os para Aarón, el Cohen haGadol (sumo sacerdote), sobre el encendido de la menorá.

La menorá es el candelero de oro puro que se encontraba en el Lugar Santo dentro del Mishkan (Tabernáculo). La menorá tiene siete brazos, de los cuales el brazo del medio es un poco más alto que los demás. Este brazo es llamado “shamash”, en referencia a que se encuentra en el centro, y por lo tanto representa a D-os. Cada uno de estos siete brazos sostiene siete lámparas que debían estar encendidas continuamente de acuerdo al precepto de Vaikrá / Levítico 24:2-3: “Manda a los hijos de Israel que te traigan para el alumbrado aceite puro de olivas machacadas, para hacer arder las lámparas continuamente. Fuera del velo del testimonio, en el tabernáculo de reunión, las dispondrá Aarón desde la tarde hasta la mañana delante de D-os; es estatuto perpetuo por vuestras generaciones.”

Pero además, la menorá era la única luz que podía encontrarse al interior del Mishkan, porque precisamente representaba el hecho de que la luz de D-os alumbraba ese lugar.

Por el mismo motivo, esta luz nunca podía apagarse, así como la luz de D-os nunca se extingue, sino que permanece para siempre.

De la misma manera, en la haftará observamos una de las profecías más interesantes que recibió el profeta Zejaria (Zacarías) acerca de una menorá acompañada por dos olivos que vierten su aceite para sus lámparas (Zejaria 2:10 – 4:7) Los invitamos a ustedes mismos a leerlo. 

Finalmente, así como nuestro D-os es luz, también el Mesías lo es para su pueblo Israel. Ieshúa HaMashiaj dijo:

“Ieshúa clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en EL que me envió; y el que me ve, ve al que me envió. Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.” – Juan 12:44 – 46

Él es aquella luz verdadera que alumbra a todo hombre, porque quien lo ve a Él, ve a nuestro D-os, al mismo D-os que le puso por luz a las naciones (Ieshaiá / Isaías 42:6)

Shalom. Paz.